martes, 17 de noviembre de 2009

Novedades en cine

* nota publicado en el Diario "Clarín" (15/11/2009 - Argentina)


La nueva película de Daniel Burman


Antonio Gasalla y Graciela Borges: la ley primera
Los dos grandes actores protagonizan "Dos hermanos", el nuevo filme de Daniel Burman, que se centra en un reencuentro tras la muerte de la madre de ambos. "Clarín" estuvo con ellos durante un día de rodaje en Carmelo, Uruguay.

Caín y Abel. Rómulo y Remo. Los Grimm. Los Marx. Los Kennedy. Los Jackson. Otros mil. El vínculo demandó infinitas lecturas y sin embargo siempre vuelve a ser suculento tópico de análisis en la literatura, el diván y el cine. Ahora son Graciela Borges y Antonio Gasalla quienes revuelven de nuevo en "la ley primera": en Carmelo, Uruguay se rueda Dos hermanos, con dirección de Daniel Burman. Este otro lado del charco es testigo privilegiado del primer encuentro actoral de la historia entre la dama del cine y el cómico.

A 70 kms. de Colonia, ahí donde unas 20 mil personas respiran calma hasta que el verano desparrama ruidosos turistas, se habla del barullo argentino que comanda Burman. El viejo cine-teatro UAMA, ese edificio de 1928 al que la modernidad no logró convertir en playa de estacionamiento ni en templo evangélico, se ve enroscadísimo por kilómetros de cables. Al umbral sale "La Borges", a esta altura del rodaje ya anfitriona, con plumas de avestruz en la cabeza, guantes de tul, vestido Rita Hayworth y la noticia de que amaneció con un ojo que, más que tomado por la alergia, parece haber pasado por "la mano de Monzón". Se cruza Gasalla, pero no aquel de los rulos azabache. Su melena luce canosa para dar cuenta de que es el mayor de los hermanos. Acción.

Apenas las manos entrelazadas y el ahorro de palabras cariñosas sirven para entender que en esta historia basada en la novela Villa Laura, de Sergio Dubcovsky, estos hermanos no respetan la máxima de José Hernández. A ellos parecen devorarlos los de afuera. O, en realidad, ellos mismos: Marcos es dócil; Susana, bipolar. La procesión de él va por dentro. La de ella se trasluce en el cuerpo y los gestos. El acompañó a su madre como su sombra por 60 años. Ella cortó el cordón a tiempo. La madre que muere, un replanteo de la vida y un redescubrir de una hermandad que creían deshecha. ¿Drama o comedia? "Fifty fifty, como la vida", advierten.

Los treinta y tantos grados derriten todo menos la perseverancia de Burman, cuya obstinación lleva a repetir una escena de cinco minutos durante una hora. "¿Saben qué es lo mejor? Que pase lo que pase jamás grita", elogia Borges.

Con cinco décadas de carrera, Gasalla vuelve a pisar un terreno en el que ha caminado poco. Protagonista de Esperando la carroza y con algunas participaciones más como en La tregua, la revancha le llegó en plena consagración. ¿Por qué no exploró más el cine antes? "El cine no me exploró a mi", corrige. "Desde mi infancia veía miles de películas, nueve por semana. Después arranqué por el lado del teatro y el cine fue un mundo aparte. Durante mucho tiempo los actores de teatro estaban vistos para el cine como exagerados", explica. "No era tan fácil saltar de un género a otro. Graciela en cambio ha sido ícono del cine y teatro ha hecho poco".

Ninguno de los dos fue hijo único. Una ventaja a la hora de contar el sentimiento de hermandad que puede mutar con facilidad del amor al odio. Antonio apunta a ese parentesco como "bastante extraño... Gente que sale de la misma madre, vive en una misma familia, pero pueden ser opuestos y no sostener esa conexión", desmenuza y cuenta que su hermano mayor en la vida real es vecino suyo. Se ven religiosamente cada día. Supieron sostener eso que trasciende a la sangre.


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